Pozo de los Humos



Como cinco kilómetros hasta la cresta, sin bajar al pozo. Cinco kilómetros escasos de los cuales se pueden hacer tres en coche. Encontrarás un aparcamiento y una barrera que te invita a no pasar según la temporada por anidamiento de cigüeñas y otras aves. En el pueblo siempre se pasó, pero no se hacía ruido con los coches.  Se sale por el frontón viejo –modelo de frontón castellano y el mejor, sin duda, al menos de la provincia--. En el camino y junto a la vaguada del regato encontrarás una especie de huerto rodeado de botellas de plástico y demás abalorios: es de un paisano que le declaró la guerra a los jabalíes nocturnos –siempre han ganado los jabalíes-. El camino tiene sus baches y en invierno sus barrizales, --es un camino agrícola— pero generalmente no hay problema. 


Si no haces caso a la barrera disuasoria  llegas a unos cien metros de la cresta, y de frente, el Pozo los Humos. Humos por el abundante vapor de agua que se produce al caer y chocar el agua contra las rocas. No es fácil bajar --unos 30 minutos -- siguiendo un sendero que sale a la derecha del mirador. Subir cuesta un poco más, –60 minutos–. Este último tramo de bajada es duro, aunque merece la pena llegar al río.  

Al lado del Pozo de los Humos, a la izquierda y escondido, está el Pozo de las Vacas, que solo se ve si te atreves a bajar: un remanso de sosiego y aguas serenas desconocido. No estaría mal que el Ayuntamiento arbitrase un sendero para ver el pozo de las Vacas desde arriba, sendero que continuase curso arriba para poder ver Las Cachoneras del Uces. Cachón es la denominación que se da en las Arribes cuando el curso del río tiene que encajonarse aún más para pasar por la angostura que dejan las rocas. 


Por las cachoneras del Uces ni te molestes en preguntar: simplemente no se puede llegar. Pero bueno: nos quedamos en la cresta o mirador natural del Pozo de los Humos. A la izquierda del mirador, debajo de una torre de conducción eléctrica, hay una palla (refugio) con pinturas rupestres monócromas y esquemáticas atribuidas al final del paleolítico: ... no es fácil encontrarlas si no se va con un indígena, y además es peligroso porque hay que atravesar un  canchal inestable. Al Pozo de los Humos se recomienda ir un día fresco, o hacerlo de mañana. Y eso sí, si te animas, el calzado en condiciones... y piensa que tienes que volver. El pozo de los Humos es el salto que tiene que dar el río Uces para bajar al Duero, y es el que tiene la fama, el que atrae al visitante y el más popular de la provincia. El Pozo de las Vacas y las Cachoneras están, hoy por hoy, a la sombra.